sábado, 30 de junio de 2007

LANDES, en cuerpo y alma. REVISTA HAVRE JUNIO 2007


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Landes, en cuerpo y alma

por Anamaría Dávalos y María Cárdenas R.

fotos stock-enfotografías.com

Muchos seres humanos vivimos una prisión voluntaria, la del traje y corbata que no deja salir el espíritu verdadero por guardar las apariencias; la cárcel de la infelicidad porque creemos que solo la podemos encontrar en dependencia pura de los demás; vivimos tras las rejas, si así lo deseamos, de una conciencia negra por los actos que cometemos.

Vivimos libres, si encontramos la felicidad, trabajamos en lo que nos apasiona y amamos libremente sin esperar la recompensa.

¿Ponemos, cada vez que actuamos, en una balanza nuestros actos? ¿Comprendemos

Que cada acción que realizamos tiene consecuencia? ¿Qué es la libertad? ¿Qué es la justicia? ¿Practicamos nuestros principios en cada acto de nuestras vidas? Preguntas existencialistas, que al ritmo que vivimos, pocas veces ocupan nuestras mentes o vidas. A diario, en nuestras acciones, pocas veces pensamos en una cárcel de cemento y hierro, de solo un metro por tres metros; como consecuencia de actos que cometemos. Pocas veces imaginamos la justicia como algo tangible, que se practica en la comunidad y que debe juzgar nuestras acciones.

Un día, sin saber si todo lo anterior se cumplió, si no vivimos de verdad bajo

nuestros principios, si no practicamos la justicia en todos nuestros actos; podemos encontrarnos tras la realidad de cemento y hierro, con cuatro controles y en cada uno, un sello de tinta que se pone en el brazo de los visitantes para entrar. Imposibilitados de ver la luz del sol, sino rayada por las rejas y como compañeros, otros hombres que también han ocupado las primeras planas de los diarios; antes, quizás por sus valiosas actividades, hoy, por sus acciones ofensivas a la comunidad.

Sus pensamientos, ahora, ocupados por las preguntas que antes no se hacían, imagino tomando decisiones que nunca imaginaron y viviendo una prisión o una nueva libertad.

Justamente, un hombre que ha llenado las páginas de revistas, diarios y noticieros, está detrás de rejas después de su extradición desde Costa Rica.



Havre tomó la decisión de hablar con él, porque de todos se puede y se debe aprender; sobre todo de personas que han pasado pruebas duras, justas o no. Su nombre apareció. No lo juzgamos, ni nos metemos con los temas que ya de sobra

conocemos; que la justicia siga su curso y que se haga, valga la redundancia, con justicia.

Esto es un relato de una conversación con un ser humano.

Nos contactamos y hablamos con el polémico personaje. Decidimos aprender de alguien que estuviera recluido. No pensamos lograrlo. El número que teníamos sonaba. Interiormente: “Ojalá no conteste. ¿Quién contestaría? ¿Cómo era este señor tan frío y calculador que creemos conocer?” De repente: “Aló, Nicolás. Somos la Revista Havre. Nos gustaría conversar con usted (y sin darle tiempo), ¿nos da una cita?”



Nos encontraríamos, en su celda, en el Pabellón A de Máxima Seguridad del Penal García Moreno.

Llegó el día, sentíamos miedo. Luego de la fila de mujeres, por media hora y ser revisadas de pies a cabeza, (no descubrieron armas, ni maquillaje, ni grabadora y hoy aún llevamos los cuatro sellos en el brazo que no se borran con nada), entramos.

En las manos, fundas de Supermaxi; preguntaron por qué tanta comida; estaríamos encerradas en una celda a la hora de almuerzo, hasta ahí la explicación. Los pasillos son largos. Los internos y los guardias me trataron respetuosamente y como saludo, una gran sonrisa. No éramos exactamente turistas, pero nos sentimos mejor que cuando uno es recibido en la migración de algún aeropuerto; todos sabemos cuál. El ambiente oscuro y la imagen de una virgen y cruces por aquí y por allá, nos permitieron comenzar a respirar.

Nicolás Landes ya estaba a nuestro lado, los ojos se perdieron en mil detalles que nos convencieron que era mejor llegar rápidamente a su celda. El espacio justo para una litera, en una esquina, un inodoro semitapado, sin puerta; una mini cocina eléctrica, una televisión, una refrigeradora pequeñita, una repisa llena de libros, y dos personas, Jorge Hugo Reyes Torres y nuestro nuevo conocido. Día de visitas, nos llamó la atención que entre 11 y 5 de la tarde, desfilaron varias y varios ejecutivos de renombre por este mínimo espacio.

Nicolás, tienes mucha vida social.” Inmediatamente: “Cosecho lo que sembré. Mi prioridad en el banco fue la gente. Me quieren, estiman y cuidan hasta el día de hoy. Viví un ambiente muy exigente, no había paternalismos. Cuando tenía que despedir a alguien me llegaba al alma, siempre estuve cerca de ellos.”

¿Por qué te visitan tantas mujeres? Cambia su expresión: “Creo que uno de

mis aciertos fue promocionar y privilegiar mujeres ejecutivas hasta primer

nivel en el banco. En Ecuador hay un desperdicio de talento por no dar suficientes oportunidades a las ejecutivas.

En término de progreso, contratar mujeres, y justificar su ingreso, no es

comparable con los ejecutivos. La mujer una vez que se compromete, es menos

oportunista. Son pequeñas inversiones de gran retorno. Mi karma ha sido vivir

rodeado de mujeres de carácter fuerte…”. Gran sonrisa. “En este tiempo, he realizado, que las mujeres tienen más pantalones que los hombres.” Se queda pensativo, aumenta: “Aunque la mujer, vía de regla, es vanidosa y muy sensible, su ego no es sobredimensionado como en la mayoría de los hombres y si además es muy bonita y desenvuelta, arde Troya, el hombre se siente amenazado.”

Se desmoronaba la imagen del hombre frío, calculador, lejano, que juzgamos

duramente. Miradas que se cruzan, pensamos: ha cambiado, pero no lo conocíamos, sino a través de comentarios y de la prensa.

Nicolás había leído Havre; supimos que se había preparado para recibirnos.

También él había tratado algunos temas de la revista, como seminarista, en la cárcel de Costa Rica, su “hotel” anterior. Allí dormía en una celda con 10 personas. Se levantaba a las 6 para bañarse, su único momento de privacidad. “Fui testigo de mucha violencia y dormía contra la pared, siempre con un ojo abierto para protegerme. Pienso que los otros presos me respetaron porque no era violento ni peleón y era el mayor. Había extorsiones y robos con cuchillo en mano. . . Me sentí desnudo, sin nada, nadie, sin familia y una inmensa soledad”.

No vimos lágrimas, pero sus ojos, la puerta de su alma, reflejaban una inmensa tristeza.

¿Un Nicolás hace 8 años y otro ahora? La respuesta llegaría poco a poco en

nuestra conversación.

La primera pregunta fue agresiva, de ataque al personaje. ¿Tanto ego tenías, eras el gran banquero? “Cuando una persona tiene ego es cuando se cree dueño de la verdad. Nunca creo haberla poseído, me gustaba el debate con la gente del banco. El ego refleja inseguridad y baja autoestima, y lleva a los empresarios a ordenar y no a escuchar. Los ejecutivos siempre me criticaron mucho. El ego hace que tomes las críticas de manera personal en vez de debatirlas, y aprender de los errores. Soy un luchador, nunca recibí nada en bandeja de plata. No creo que haya tenido un gran ego.” (Mientras hablaba, lavaba los platos y no nos permitió ayudarle. En el penal llega el agua solo entre las 12 y 1 de la tarde.)

¿De dónde nace tu liderazgo? daba la sensación de que te endiosaban. Algo se

cerró: “Creo que mi liderazgo proviene de haber establecido a la gente como

primera prioridad organizacional”.

¿Estrés? “Mi segundo nombre. Pero me he cuidado físicamente y más importante, he aprendido a flexibilizar mi mente y mi espíritu. Manejo y acepto mi situación; no me apeno, no me reprocho, no veo para atrás.” Muchas de estas frases, Nicolás las dice en inglés, un idioma que utiliza mucho.

¿Miedo? “No. No puede pasar nada peor, ya estoy preso. Viví cosas duras que me

han fortalecido. Cuando recién me apresaron, tenía miedo a lo desconocido,

sobre todo cuando entré al pabellón común en Costa Rica”.

¿Espiritualidad? “Es la búsqueda de un diálogo directo con Dios; no por el cielo ni el infierno, sino por esta vida. No pertenezco a ninguna religión, he leído la Biblia por completo dos veces. Los evangélicos siempre dicen que debes amarte a ti mismo”. ¿Te parece que es un aprendizaje que Dios te manda? “No estoy convencido de que nuestra vida corresponda a un plan, pero sea como fuere,

nos toca experiencias no deseadas en esta vida y tenemos que aprender de ellas. Si la experiencia es traumática, como la mía, te transforma radicalmente.

Antes yo dirigía, hoy sigo órdenes, la vida te golpea literalmente, pero así aprendes. Ún banquero no es humano, peor tendrá derechos, estos se aplican solo a las minorías desprovistas”.

¿Sientes culpabilidad? “Ninguna. Tengo la conciencia totalmente tranquila, jamás

me he desvelado y es más, volvería a repetir lo mismo en muchos aspectos de mi vida. No quiero mirar para atrás. Paso la pagina con facilidad. Si me quedo atrapado en el pasado me ahogo”.

Bajamos al patio y fuimos parte de la comunidad de la cárcel: mujeres, niños, futuras novias.

¿Aprendizajes? “Me gustaban mis comodidades, pero nunca tuve la ambición de acumular fortuna. Quería construir una gran empresa a nivel internacional y que fuera ejemplar. Me consideraba un workaholic. El trabajo es lo que más disfrutaba. Mi culpabilidad es no haber dedicado el tiempo suficiente a mis hijos. La fijación de metas materiales no es mala per se, salvo cuando acapara nuestro tiempo y energía en desmedro de las otras dimensiones de la vida. El trabajo era mi fuente de autorrealización personal.

Dejaba mi escritorio a las 8 de la noche, máximo. El que necesita quedarse más,

es por que no ha sido productivo durante el día”.

Insistimos, queríamos saber sus aprendizajes de los últimos años. “La cárcel es

un posgrado en paciencia. Era tremendamente impaciente, planificaba y vivía a futuro. Aquí vivo el hoy, mi futuro no me pertenece. Algo importante, yo juzgaba y encasillaba a la gente, ahora, he aprendido a encontrar lo positivo de cada uno, por cómo son conmigo.

Después de tratar con todo tipo de personas, solo los conozco por como son conmigo”.

¿Tienes angustia? “No. Hago yoga todos los días.” ¿Habías recibido un curso?

“No. A decir la verdad, sigo los dibujos de un libro, con dos compañeros”.

(Risotada.)

¿Otra diversión, póker, algo? “No. Imagínate lo que fuera recolectar la plata.

Mejor no me meto en profundidades”.

¿Socializas? “Vivo mi vida puerta adentro. Lo que más me gusta es leer un buen libro y trabajar en mi juicio. Mi tiempo productivo lo dedico a mi defensa, lo cual no me ayuda a cicatrizar, porque aún no logro cerrar esa página”. ¿La felicidad? “La verdadera es la ilusión del amor. Tal vez por que estoy aquí. Tengo que vivir de ilusión, transportándome hacia fuera, volar con la mente”. ¿Mente? “Sí. La controlo según mis necesidades”. ¿Qué haces para no angustiarte o entrar en pánico? “No sé meditar, pero tengo un diálogo interno para reubicarme, soy obsesivo y no paro de reconsiderar todo hasta encontrar una solución. La archivo y no vuelvo al tema. Increíblemente, descubres tu fuerza interior solamente cuando te enfrentas a desafíos extremos”.

Hiciste una huelga de hambre. “Bueno, le considero mi ayuno. Pensé no tener la fuerza de voluntad para aguantar, sin embargo, un evangelista me comentó que lo hacía una vez al año. Si él podía, yo podía encontrar la fuerza y voluntad para aguantar. Me ayudó a superar todo tipo de barreras y miedos. Lo hice para denunciar el pacto del gobierno tico con el ecuatoriano para mi extradición. De cualquier modo fue una medida extrema iniciada con miedo”. ¿Pensaste en morir? “Nunca, tal vez porque mi salud ha sido privilegiada. En lo anímico soy realista, 80-20, sin embargo peleo por ese 20% con toda mi fuerza. En parte, quería llamar la atención hacia mi situación, una prisión preventiva que te conduce al exilio o a la cárcel, en todo caso no te puedes defender. Ahora, como bien, hago ejercicio y duermo bien. En estos 2 años que llevo preso no me he desvelado una sola noche”. ¿Cómo te sientes? “Cómo un náufrago en la mitad del océano. Lo más probable es morir ahogado, pero pataleo, lucho con toda mi energía hasta el último momento, tengo fe en la justicia. Quienes no poseemos canales de televisión, ni periódicos, ni radio, ni un staff pagado; dependemos de voluntarios dispuestos a gastar tiempo y persona en la defensa de causa ajena… Por amor, por convicción, por simpatía o por rebelión ante la injusticia. No me considero ni frío ni calculador, pero es natural que digan esto en un país donde todo se conduce por amistad, compadrazgo, nepotismo o compromiso”.





7 comentarios:

Anónimo dijo...

El reportaje es excelente, refleja lo que es este ser humano, lo conoci muchisimo ya que trabaje con el y tengo una opinion muy clara sobre el, es una excelente persona, un lider que valora su gente, que da confianza a sus colaboradores, que apoya a las mujeres a crecer como ejecutivas y se desarrollen igual que todos sus colaboradores, el no discrimina, reconoce la capacidad e inteligencia independientemente del genero.El tiene un gran respeto por el trabajo de sus ejecutivos sean hombres o mujeres. Ademas ayuda a su gente a crecer, a tener oportunidades, lejos ha sido la mejor persona para trabajar. Siempre nos demostro tenacidad, una capacidad de trabajo impresionante y una vision del futuro increible.

Tal vez muchos hablan de el y no le conocen, es importante tratarlo para darse cuenta que todos esos calificativos de "arrogante", "intocable", "sobervio" no existen

Anónimo dijo...

Para quienes le conocimos y tuvimos la oportunidad de tratarlo dia a dia sabemos que todo lo dicho por el es cierto. El creaba espacios de debate, uno podia pensar diferente y exponer sus puntos de vista, los que el siempre escuchaba y respetaba.
Hoy creo que por primera vez Nicolas Landes se da cuenta de cuanto sembro y del enorme cariño que todos sentimos por el. Se merece el apoyo de su gente y todos los que en algun momento de nuestras vidas trabajamos con el sabemos lo que vale como ser humano y profesionalmente. Cada persona demuestra de una manera diferente sus sentimientos, pero esto no lo hace ni mas ni menos humano.

Anónimo dijo...

1. El caso de Nicolas Landes tiene una dimension mas importante que la del propio Landes y su banco.
2. En 1999 Colombia agredio al Ecuador al acusar a un banco ecuatoriano. Colombia no puede opinar ni actuar sobre los bancos ecuatorianos. No los puede acusar de cometer delitos por una sencilla razon: no tiene jurisdiccion. Ademas por otra razon elemental: Colombia no tiene informacion sobre la operacion de los bancos ecuatorianos precisamente porque no tiene vigilancia sobre ellos. No hay ninguna norma en el derecho internacional que le permita a Colombia intervenir en cuanto a los bancos ecuatorianos. Sin embargo, en 1999, el gobierno de Colombia acuso a un banco ecuatoriano por el robo de casi 200 millones de dolares y pidio que se congelaran las cuentas con sus corresponsales, lo que implica la muerte de una institucion financiera.
3. No importa que un banco ecuatoriano sea culpable o inocente. No es el gobierno colombiano el autorizado para acusarlo o para paralizarlo mediante la congelacion de sus cuentas. Esa atribucion solamente la tienen las autoridades ecuatorianas. Entonces, al acusar a Landes y al Banco Popular del Ecuador, Colombia no solamente acuso a un banquero particular y a un banco privado sino que suplanto al Estado ecuatoriano, usurpo sus funciones legales y destituyo de facto a las autoridades legitimas ecuatorianas (Superintendencia de Bancos, Ministro de Finanzas, Presidente de la Republica). Independientemente de que se trate del Banco Popular o de otro banco, independientemente de que se trate de Landes o de otro banquero, Colombia no podia tomar determinaciones contra un banco ecuatoriano, de la misma manera que Colombia rechazaria una acusacion del gobierno ecuatoriano contra un banco colombiano.
4. La acusacion contra Banco Popular en 1999 es mas grave todavia porque los cargos eran falsos e inventados. Si hubieran sido ciertos, si en efecto hubiera existido un robo y se hubiera descubierto en la filial colombiana del Banco Popular lo que tenia que hacer el gobierno colombiano era informar al gobierno colombiano y luego tomar una decision conjunta. Ese habria sido el procedimiento regular entre paises amigos y vecinos si en verdad se hubiera descubierto un delito de esas dimensiones. Colombia no consulto al Ecuador porque la acusacion contra Popular era una cortina de humo para desviar la atencion sobre las verdaderas perdidas en otro banco, el Banco del Pacifico en Colombia. A Landes lo acusaron de robarse 64 millones de dolares de impuestos colombianos y los mismos acusadores dijeron en cambio que Pacifico estaba el dia con los impuestos. Hoy sabemos la verdad. En la filial de Popular no se perdieron los impuestos. En la filial de Pacifico desaparecieron 10 millones de dolares de impuestos, el 38 por ciento de lo recaudado por ese banco. Contra Pacifico nunca hubo investigacion en Colombia.
5. Si Colombia hubiera ocupado con sus tropas territorio ecuatoriano la agresion habria sido visible. Como violo la soberania financiera del Ecuador en medio de una crisis en que habia muchos banqueros ladrones, en el Ecuador no vieron lo que hubo detras de esto y lamentablemente no lo han visto porque se sigue individualizando el caso como si Nicolas Landes Guerrero fuera el personaje principal. Solamente cuando se entienda esta maniobra abusiva, tan abusiva como atacar con glifosato a un vecino, sera evidente que todo fue un montaje y que la acusacion no se hizo contra el Popular o contra Landes sino contra el Ecuador.
6. ?Se habria atrevido Colombia a acusar a un banco venezolano? Jamas. Ni en el gobierno de Hugo Chavez ni bajo ningun otro gobierno. Esta maniobra se pudo hacer solamente porque historicamente Colombia menosprecia al Ecuador.

Mil saludos,

Alberto Donadío

Anónimo dijo...

Estimada Anamaria,

Lei su entrevista con Nicolas Landes, que espero sea un primer paso para aclimatar en el Ecuador la verdad sobre el caso.

Conoci a Nicolas a finales del 2002 y despues de tratarlo todo este tiempo he llegado a la conclusion de que el caso es similar al de Dreyfus en Francia, con la diferencia de que Nicolas es una persona con cualidades personales y profesionales superiores a las de Dreyfus. Dreyfus era un simple capitan del ejercito, un hombre honorable y un buen militar pero sin meritos especiales. Las acusaciones en su contra adquirieron una repercusion mundial porque estaba en juego el antisemitismo y porque Zola y muchos otros notables asumieron la defensa de su causa pero como banquero Nicolas habia hecho mas de lo que Dreyfus hizo como oficial del ejercito.

Espero que su articulo sea la semilla para que un dia se registre en los medios del Ecuador lo que es una verdad sabida y demostrada, que Nicolas no solamente no robo a nadie sino que es victima de una conjura de Colombia que absurdamente fue acogida en el Ecuador. Ninguno de los procesos en su contra, ninguna de las acusaciones contra el, existian en el Ecuador antes de que Colombia tomara la iniciativa de inventarle cargos. Es doloroso que ese punto tan elemental no haya sido reconocido alla. El analisis de la injusticia cometida contra Nicolas deberia empezar por esa consideracion cronologica. Como es posible que existan juicios en Quito originados en maquinaciones politicas torcidas de la politca colombiana? Como es posible que cuando la justicia colombiana ha reconocido que las acusaciones no tenian sustento, la calumnia siga su marcha en Quito?

Estoy a sus ordenes para lo que pueda servirle y le envio un saludo muy cordial,


Alberto Donadio

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con lo expuesto por Alberto Donadio, lei su libro y la seriedad de su investigacion. En Ecuador no es que la gente no sepa o no tenga informacion, el tema es politico y nadie se anima a defender a un "banquero", solo que hay "banqueros y banqueros" y en ese grupo tambien hay mas de uno que no le conviene que la verdad salga a la luz. Conozco a Nicolas Landes mucho mas que lo que lo conoce usted tal vez y es una persona admirable y cada dia admiro mas su entereza, su poder de lucha, se ha desgastado defendiendose de un sistema injusto y de una justicia inexistente, pero aca estamos los que creemos en el, lo apreciamos y lo apoyaremos siempre y no somos pocos.

Es increible que una persona que vive en otro pais sea quien mas se interese en abrir los ojos a mucha gente del Ecuador. Banco Popular era un banco 100% ecuatoriano, con gente ecuatoriana que daba trabajo y posibilidades a la gente y empresas de este pais, somos nosotros los que deberiamos estar en esta lucha

Anónimo dijo...

Este reportaje y muchos mas de los que recientemente se le han hecho a Nicolas Landes, revela la realidad de todo esta injusta situacion. Trabaje en una de las sucursales del Banco Popular por mas de diez anos, soy mujer, y creo que todo el personal que laboro en ese banco esta muy consciente que el Banco nos dio muchas oportunidades en todos los aspectos emocionales, profesionales y personales. Nunca he vuelto a tener un trabajo como el Banco. Que pena que Nicolas, un hombre a que la palabra honesto queda muy corta, esta pasando por esta situacion, pero sabemos que el tiene muchas fuerzas para seguir y salir adelante. Suerte Nicolas y no desmayes, todos te apoyaremos siempre.

Anónimo dijo...

Yo tambien trabaje en el Banco y se de que lider estan hablando, es muy injusto todo lo que el tiene que vivir, entiendo a los clientes que pueden sentirse defraudados, pero con mayor razon ellos deben de exigir a la AGD explicar que se ha hecho conb los bienes del Popular, con la cartera de credito E, los mejores clientes del Banco, con el pozo petrolero y con tantas otras cosas que nadie saben donde estan y en que manos han caido.