lunes, 26 de febrero de 2007

viernes, 2 de febrero de 2007

ARTICULO HOY NICOLAS LANDES: EL BANCO POPULAR FUE CORRECTAMENTE ADMINISTRADO FEBRERO 2, 2007

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Nicolás Landes: "El Banco Popular fue correctamente administrado"

Los más afectados fueron los clientes de Fondo Visión, que se vinculaba con el banco

Por Felipe Burbano de Lara - Especial para HOY / Apoyo editorial: Milton Arroba - Redacción Quito

Nicolás Landes cree que es una víctima del Gobierno de Colombia y de una serie de circunstancias que se conjugaron en su contra, convirtiéndolo en el “chivo expiatorio” de los efectos de la crisis bancaria de 1999 en el Banco Popular del Ecuador (BPE).

A pesar de ello, en la información que se publicó ayer, como primera parte de este informe especial, él considera que su lucha no ha sido infructuosa.

Ganó los juicios planteados por el Gobierno colombiano lo que, dice, confirma que hubo una maquinación en su contra. Es la misma argumentación del periodista colombiano Alberto Donadio, autor del libro Los farsantes (ayer, por error, se adjudicó la autoría de ese libro a Roberto Posadas).
Asimismo, una jueza de Miami -la misma que ordenó el cierre de la oficina del BPE en esa ciudad, y la congelación de fondos- desechó luego la demanda del Gobierno de Colombia, reconociendo su equivocación. Una Corte de Atlanta ratificó ese fallo.

Los problemas en el Ecuador

Al momento de su destitución como presidente ejecutivo, el BPE funcionaba sin problemas pese a la serie de acontecimientos -como el cierre de la subsidiaria en Bogotá o el mismo feriado bancario en el Ecuador- que podían afectarlo gravemente. Auditorías realizadas durante ese tiempo mostraron, dice Landes, que el banco tenía un capital superior al mínimo requerido legalmente. En junio de 1999, el banco recibió la calificación A por un informe de los auditores internacionales Arthur Anderson. Sin embargo, esa calificación -según Landes- fue rebajada a categoría B por decisión arbitraria del superintendente de Bancos Jorge Guzmán, solo dos días antes de la publicación de las calificaciones asignadas a todos los bancos privados nacionales. Landes no se explica por qué Guzmán bajó al banco de categoría. A mediados de ese año, el Popular también había recibido una carta de compromiso de la empresa estatal británica Commonwealth Development Corporation para invertir $25 millones en un aumento futuro de capital. El compromiso de compra se definió luego de minuciosos exámenes de los balances. Landes cita estos dos hechos como pruebas de que el banco, pese a los problemas del país y a lo ocurrido con su subsidiaria en Colombia, no estaba mal. El funcionamiento del Banco empezó a complicarse cuando se produjo la incautación de fondos en Miami, ordenada por la jueza Patricia Seitz, la misma que provocó de manera inmediata la destitución de Landes y luego la expropiación del BPE.

Para hacer frente a la corrida de depósitos, el banco recibió un préstamo de liquidez del Banco Central por $207 millones. El crédito fue concedido con la garantía personal de Nicolás Landes.
Dicho préstamo se terminó de pagar en mayo de 2002. Según el ex banquero, todos los depositantes recibieron su dinero, en total $291 millones. Los recursos salieron de subastas de cartera, venta de bienes y recuperación de cartera del propio banco. Lo recaudado sumó $327 millones, de los cuales $291 millones sirvieron para pagar a todos los depositantes y el resto para cancelar otras obligaciones. “Esto prueba que el banco fue correctamente administrado”, dice en su defensa.

A diferencia de los otros bancos que se liquidaron durante la crisis, el Popular era una corporación dedicada íntegramente a los negocios financieros, no tenía préstamos vinculados, relaciones accionariales con grupos económicos o conexiones con sectores políticos. Quienes conocen a Landes sostienen que su meta era crear un grupo financiero ecuatoriano con proyecciones en América Latina. Siempre se le reconoció como un banquero frío, calculador y muy eficiente. “Todo mi patrimonio estaba en el banco”, dice. Era el dueño del 40% de las acciones. El resto del paquete estaba distribuido entre 2 000 accionistas. Hoy asegura que ha perdido todo. Todo su patrimonio e incluso su libertad.

Los candados de las 21:00

La conversación termina en la estrecha y asfixiante celda n.º 10. Son casi las 17:00 del miércoles 17 de enero cuando un timbre fuerte anuncia el fin de las horas de visita (permitidas solo un día a la semana). Cuando dejo la puerta que conduce al pabellón A, observo un conjunto de candados grandes, gruesos, enganchados unos a otros. Le pregunto al guardia si son para las celdas, me dice que sí. A qué hora los colocan, pregunto. “A las nueve de la noche”, responde. Cruzo la última puerta de salida y vuelvo al bullicioso mercado de San Roque.

Adentro queda Landes. Me lo imagino sentado en su celda, de vuelta en la dura tarea de armar su defensa.


"En Ecuador es más fácil decir Landes me robó..."

El ex banquero piensa que en el país hay una mirada simplista de los problemas

De la crisis del Banco Popular, los mayores afectados fueron quienes colocaron sus ahorros en el Fondo Visión. Gente -por decirlo de algún modo- que confiaba en la solidez del banco. Si bien el Fondo funcionaba de manera independiente, la gente lo asociaba, como era lógico, de manera directa. Los inversionistas apenas recuperaron el 50% del dinero colocado. Los recursos fueron invertidos íntegramente en papeles de la deuda externa latinoamericana.

Landes muestra publicaciones del The Wall Street Journal para sostener su argumento de que las inversiones en papeles de la deuda externa era un gran negocio en el tiempo. De acuerdo con informaciones del diario financiero, las personas que invirtieron $10 mil en diciembre de 1998 recibieron $22 mil en noviembre de 2004. “Era un negocio a largo plazo”, insiste Landes.

Pero el Fondo Visión se vio afectado por los problemas del Banco Popular que estallaron en 1999. “Todo se juntó, fue una tormenta completa”, sostiene. Ese mismo año, por añadidura, se produjo una caída de los bonos en el mercado financiero internacional. Los papeles de la deuda latinoamericana se vieron afectados por problemas en varios países asiáticos, Rusia y el Brasil. Los reportes de The Wall Street Journal muestran, efectivamente, que en 1999 los precios de los papeles latinoamericanos cayeron para recuperarse de manera sostenida y clara en los años siguientes, hasta llegar a un nivel muy alto en 2004.

La AGD cerró el Fondo en septiembre de 1999. Lo cerró y congeló la entrega de recursos durante cinco años. En ese momento, se les dijo a los clientes que sus inversiones habían caído en 50% dada la pérdida de valor de los papeles. Una auditoría de Deloite & Touch, contratada en noviembre de 1999 por la AGD, no estableció faltantes, fraudes o irregularidades en la administración del fondo, recuerda Landes. Con ello, argumenta que el problema nació de un fenómeno propio de los mercados.

Entre 1999 y 2004, las inversiones de Visión fueron manejadas por un banco canadiense. Lo menos que se puede decir -señala Landes- es que el banco fue poco competente y negligente en el manejo del fondo. “¿Qué hicieron con esa plata?”, se pregunta. La interrogante se justifica porque al cabo de cinco años, cuando el fondo fue liquidado, los ahorristas recibieron el 50% de su dinero; sin embargo, como muestran los informes de The Wall Street Journal, entre 2000 y 2004, los bonos subieron de precio de manera sostenida. “No es responsabilidad mía lo ocurrido con el Fondo Visión ni constituye delito penal”, asegura el ex banquero. “Entiendo que los inversionistas estén irritados, tienen toda la razón. Ese descontento lo canalizan en contra mía, pues para ellos yo soy el culpable”. Landes cree que el Ecuador se caracteriza por miradas simplistas de los problemas, que impiden que se los entienda en su real dimensión. Además, añade, es un país donde a la gente le gusta presentarse como víctima en lugar de asumir responsabilidades. “Es más fácil decir Landes me robó”.

http://www.bpeinfo.com/

jueves, 1 de febrero de 2007

ARTICULO HOY NICOLAS LANDES SE DEFIENDE DESDE EX PENAL FEBRERO 1, 2007

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Nicolás Landes se defiende desde el ex penal

Por las cinco acusaciones que se procesan en su contra, el ex presidente del Banco Popular puede ser condenado a siete años de prisión

Por Felipe Burbano de Lara - Especial para HOY/ Apoyo editorial: Milton Arroba - Redacción Quito

En una celda del Pabellón A del ex Penal García Moreno, el ex presidente ejecutivo del Banco Popular del Ecuador (BPE), Nicolás Landes, prepara su defensa para enfrentar cinco juicios penales aún pendientes en su contra. La celda tiene dos literas, una pequeña mesa con dos sillas, un inodoro, un lavabo, una pequeña refrigeradora, una televisión y una ventana con mallas y rejas, todo en unos 4 m por 1,5 m. Un lugar asfixiante. Landes comparte el espacio con Jorge Hugo Reyes Torres, acusado por la Policía del delito de narcotráfico. Reyes Torres lleva detenido 14 años y le restan 20 años de condena. “Cuando salga de la cárcel -comenta en uno de los descansos de las gradas que llevan al tercer piso del Pabellón A- tendré 72 años”. ¿Cómo una persona puede sobrellevar la idea de permanecer tanto tiempo de su vida encerrado? “Mi soporte es la religión”, responde.

La vida de Nicolás Landes dio un vuelco súbito, inesperado, hace ocho años. Se volvió un largo drama para defenderse de una serie de juicios en su contra y para evitar ser extraditado desde los países por donde peregrinó -Estados Unidos, Panamá y Costa Rica- después de su destitución como presidente ejecutivo del BPE. Se descalabró una vida marcada por el éxito profesional, la prosperidad económica y el anhelo de crear un grupo financiero ecuatoriano con proyecciones regionales. El drama de Landes se produjo como consecuencia de una cadena de acontecimientos que empezaron en Colombia, pero que luego se enredarían con la peor crisis financiera que haya enfrentado el Ecuador a lo largo del recordado año 1999.

Lo que no se recupera

El primer encuentro con Landes impacta. Fue en el corredor del tercer piso del Pabellón A, donde se halla la celda n.° 10. Se lo ve muy delgado aunque algo repuesto de las imágenes que mostró la prensa apenas llegó al Ecuador, extraditado desde Costa Rica a fines de diciembre. Landes mantuvo en ese país una huelga de hambre de 122 días con el propósito de atraer la atención de la prensa. La protesta le hizo perder 35 libras. En todo ese tiempo solo bebió jugos para mantener los azúcares en los niveles mínimos. Poco antes de ser extraditado sufrió una grave crisis de salud, que le obligó a hospitalizarse. A raíz de ese episodio decidió levantar la medida de protesta.

La conversación empieza sentados en las máquinas del gimnasio Gato’s Gym en el tercer piso del Pabellón A. Hay un anuncio pegado en la pared que roba la atención de los visitantes: “Interno que no esté al día con la inscripción no podrá usar las máquinas del gimnasio. Reclamos celda 6”.

Landes es preciso y claro cuando habla. Se apoya en documentos para sostener sus afirmaciones y evita en todo momento especular. Tiene la precisión de un hombre que dedicó su vida entera a los negocios financieros. Parece tranquilo en medio de las circunstancias adversas. Dice que recibe muchas visitas de ex empleados del banco que le vienen a expresar solidaridad y apoyo. Esos gestos le dan fuerza para enfrentar solo a la “maquinaria estatal”. Durante largos ocho años no hizo otra cosa que defenderse de los juicios y de las extradiciones en su contra. No pudo trabajar ni generar ingresos. Su vida familiar se descalabró. En septiembre de 2004 murió su padre en Guayaquil; él no pudo asistir al entierro. Se ha perdido los mejores años de vida de sus tres hijos. “Es lo más duro, no tiene recuperación”, dice. Ahora su objetivo es “contar la verdad de los hechos”. “Mi defensa es sobre todo ante la opinión pública”, afirma en tono tranquilo. Siente urgencia de que su versión pueda ser expuesta a través de los medios de comunicación. Está consciente de que ha sido estigmatizado como “banquero corrupto”, convertido “en un chivo expiatorio”. “Lo que me queda es transmitir la verdad”. La tarea no será fácil. Juegan en su contra -dice el propio ex banquero- el ambiente político del Ecuador, algunos periodistas convertidos en defensores de la moral pública y el temor de los jueces a actuar con independencia.

Conspiración colombiana

La tesis del ex banquero para explicar la caída del BPE, el cuarto en importancia en el país al momento de la crisis financiera de 1999, con cerca de 40 mil clientes, es bastante sencilla: una jugada del Gobierno colombiano en contra suyo y del Banco Popular para lanzar una cortina de humo sobre los escándalos del Banco del Pacífico en Bogotá, cuyos directivos -íntimamente vinculados al Gobierno de Andrés Pastrana- realizaron operaciones crediticias oscuras. Para llegar a esa conclusión ha reconstruido los hechos ocurridos desde el cierre de las subsidiarias de los bancos Popular -Banco Andino- y del Pacífico -Banco del Pacífico- en Bogotá a raíz del feriado bancario decretado por el Gobierno de Mahuad, en abril de 1999. Las dos subsidiarias no pudieron soportar el retiro masivo de depósitos que siguió al feriado bancario.

El Banco Andino -subsidiario del BPE- cerró sus puertas el 20 mayo de 1999. Tres semanas después del cierre, el Banco y Landes fueron acusados de un presunto fraude por $175 millones en contra de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) de Colombia. La acusación sostuvo que el Banco Andino había transferido de manera ilegal esos recursos a su matriz en Ecuador. Cuatro meses después -el 9 de septiembre de 1999- el Gobierno colombiano presentó ante una Corte Federal de Miami una demanda civil en contra de Landes y el BPE por el mismo motivo.

Landes no se explica cómo la acusación fue tramitada en un tiempo tan corto. Lo cierto es que el mismo día en que fue presentada, la jueza federal Patricia Seitz ordenó el cierre inmediato de la Agencia Miami del Banco Popular y el congelamiento de todos los fondos del banco en sus corresponsales de EEUU. La decisión de la jueza provocó una corrida de más de $100 millones en depósitos en el Ecuador, dado el ambiente de intranquilidad que existía en el país por la crisis financiera.

Desde la incautación de fondos en los EEUU, los acontecimientos se produjeron con enorme rapidez. Un día después, el 10 de septiembre, Landes fue destituido de su cargo de presidente ejecutivo por decisión del entonces superintendente de Bancos, Jorge Guzmán, a quien retrata como uno de los responsables de la caída del Banco. “Nunca creí” -dice Landes- “que su objetivo era quebrarle al banco”. Narra una serie de acciones en contra del Popular desde la Superintendencia que apuntaban a desprestigiarlo deliberadamente en el país. Dos semanas después de ser destituido como presidente ejecutivo, el directorio de la AGD resolvió la expropiación del Popular sin ninguna compensación a sus accionistas. El 27 de septiembre se presentó la primera acusación penal en su contra; luego vendrían siete más. De las ocho acusaciones, tres han sido sobreseídas y cinco siguen vigentes, tres por el Fondo Visión. Por las cinco acusaciones en proceso, Landes puede ser condenado a siete años de prisión. Aún no ha sido establecida la fecha para la audiencia.

Condenado de antemano

Landes salió del país el 18 de septiembre con rumbo a Miami. Lo hizo -asegura- por el aeropuerto de Quito en un vuelo regular de American Airlines. Su objetivo era defenderse y defenderle al banco de la demanda planteada por el Gobierno colombiano ante la Corte Federal de Miami.

Cuando salió del Ecuador nunca pensó que el Banco Popular cerraría sus puertas ni que se plantearían en su contra ocho juicios. Su decisión de permanecer en el exterior se debió -dice él- a que se sentía condenado de antemano en el país. Pensó que desde fuera podía defenderse mejor. En la práctica, sin embargo, se vio siempre acorralado. Tenía juicios en su contra en Miami, Colombia y Ecuador. A los juicios civiles se unieron los varios pedidos de extradición del Gobierno ecuatoriano a cada uno de los países donde intentaba encontrar un refugio. El primer pedido, solicitado por el Gobierno de Gustavo Noboa a los EEUU, fue negado. Vino un segundo pedido de extradición presentado esta vez por el Gobierno colombiano. Los abogados de Landes le recomendaron que saliera del país. Había muchas deudas de Washington con Colombia por las extradiciones de narcotraficantes y podía llegar la hora de devolver los favores. En Colombia se quería la cabeza de Landes por el caso del Banco Andino. Decidió entonces viajar a Panamá, dado que nació en ese país y tenía pasaporte panameño. No se imaginó nunca, como ocurrió, un posible acuerdo entre los gobiernos de Ecuador y Panamá para su extradición. Su destino siguiente fue Costa Rica. Allí fue detenido por “uso de documento falso”. Cuando intentó salir a Canadá, con el propósito de solicitar asilo político, fue detenido en el aeropuerto. En Costa Rica permaneció preso durante 18 meses hasta que su extradición fue finalmente aprobada por las autoridades costarricenses.

Para Landes no todo ha sido una lucha infructuosa. Ganó los juicios planteados por el Gobierno colombiano. Las acusaciones en contra del Banco Andino fueron desvirtuadas completamente en enero de 2000. Sus triunfos confirman -según Landes- que hubo un montaje del Gobierno en su contra. Así también lo ha establecido el periodista Roberto Posada en un libro titulado Los farsantes, en el cual afirma que el fraude del Banco Popular en Colombia nunca existió.
Posada responsabiliza a las autoridades colombianas de haber quebrado al Popular en Ecuador y al propio Landes.

El alcance político de las acusaciones en su contra explica que su caso se haya discutido en dos ocasiones en el Senado colombiano. “Pablo Escobar era una niña de pecho a lado mío”, dice para dimensionar las acusaciones en su contra.

El segundo triunfo fue en los EEUU, donde la jueza federal de Miami, la misma que ordenó el cierre de la oficina del Popular y congeló los fondos del Banco, desechó, dos años más tarde, la demanda presentada por el Gobierno colombiano. La jueza reconoció su error. Lo hizo, sin embargo, cuando el daño estaba causado.

En noviembre de 2002, una Corte Federal de Apelaciones en Atlanta ratificó el fallo de la jueza Seitz. “Los fallos judiciales en EEUU y Colombia son categóricos. No dejan duda alguna de que las demandas civil y penal de la República de Colombia contra Banco Popular y Nicolás Landes fueron burdos montajes diseñados con fines políticos para proteger intereses personales de altos funcionarios del Gobierno de Colombia vinculados al Banco del Pacífico”, dice Landes.

La subsidiaria del Banco del Pacífico en Colombia nunca fue investigada por las autoridades colombianas de la misma manera cómo se hizo con el Banco Andino, pese a que enfrentó problemas parecidos de liquidez como consecuencia del feriado bancario en Ecuador. Su explicación es que se usó al Banco Andino y a Nicolás Landes para lanzar una cortina de humo sobre lo ocurrido con el Banco del Pacífico. Landes se apoya en un libro del senador Gustavo Petro, titulado El caso del Banco del Pacífico, que concluye que la subsidiaria del banco ecuatoriano fue utilizada por Pastrana y sus amigos para financiar la campaña electoral. Él también sostiene que el Banco Andino fue convertido en un “chivo expiatorio”.


Incesantes reclamos de perjudicados

En noviembre de 2006, clientes del Banco Popular continuaban con sus reclamos en la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD). Entonces exigían que se les devolvieran sus depósitos en el fideicomiso Solidez.

El ex banquero Nicolás Landes se considera víctima de una “jugada” del Gobierno colombiano en contra suyo y del Banco Popular, con el propósito de lanzar una cortina de humo sobre los escándalos del Banco del Pacífico en Bogotá.