Es notoria la presion politica y mediatica que atemoriza a los jueces en casos de "banqueros corruptos." Lamentablemente la misma presion se aplica tambien a los periodistas, y esto explica parcialmente la renuencia de muchos de ellos a investigar y, peor aun, opinar sobre la materia.
El domingo 13 de mayo el sr. Daniel Marquez publico una columna de opinion en La Hora, cuyo texto esta en el blog. No conozco al sr. Marquez. Ningun ex BPE, ni tampoco ninguna persona vinculada conmigo, lo visito o le propuso que escriba sobre mi caso. La columna de Marquez fue fruto exclusivo de su curiosidad profesional y de sus criterios propios. Sin embargo, recibio una reprimenda y amenaza de un alto dirigente gremial. Ese correo, asi como la replica de Marquez, estan copiadas a continuacion, con la debida autorizacion de Marquez.
Nicolas Landes
A CONTINUACION ALGUNOS MAILS CON COMENTARIOS SOBRE EL ARTÍCULO DE DANIEL MARQUEZ
Date: Sun, 13 May 2007 20:38:48 -0500
Subject: CODIGOS DE ETICA PERIODISTICA
From: fordonez@uio.satnet.net
To: danielmassoud@yahoo.es
He leído con atención su artículo. Me pregunto si usted conoce lo que significan los códigos de ética. Como Colegio de Periodistas, estamos haciendo lo posible porque haya correspondencia con lo que hemos escrito en esos códigos; y por supuesto, estamos listos para poner en funcionamiento nuestros tribunales de honor. Observemos todos los códigos de ética profesional.
Saludos,
Francisco Ordóñez Andrade
PRESIDENTE DEL COLEGIO DE PERIODISTAS DE PICHINCHA
***************************************************************************
Date: Mon, 14 May 2007 20:08:13 +0200
From: danielmassoud@yahoo.es
Subject: RE: CODIGOS DE ETICA PERIODIATICA
To: fordonez@uio.satnet.net
Señor Francisco Ordóñez Andrade:
Muchas gracias por leer mi artículo, más aún en día domingo. En cuánto a su carta, le sugiero que repase su lista de afiliados al Colegio de Periodistas de Pichincha o la de la Federación Nacional de Periodistas del Ecuador.
No soy afiliado al colegio ni a la federación, ni soy periodista profesional, por ende no debo obedecer ni rendir pleitesía a cúpulas,valores, ideologías y códigos que no comparto y que nunca juré respetar. No obedezco a más leyes que las que todo ecuatoriano debe respetar y a las que mi conciencia me dicte.
Como le decía, estudié periodismo pero no estoy registrado en el gremio ni llevo a cabo funciones para las que, según la ley, necesite ser periodista profesional. Soy un orgulloso columnista del Diario LaHora y gané el segundo premio Mantilla Ortega en el 2006 como tal (según el artículo 16 de la ley de ejercicio no es necesario ser periodista para escribir artículos de opinión).
Más allá de eso, mi única vinculación con el periodismo ha sido la de pasante, colaborador en temas culturales y editor de publicaciones menores (algo que según los artículo 16 y 22 tampoco requiere que sea profesional). No me he registrado en el Colegio de Periodistas por diversos motivos:
- No quiero formar parte de un gremio tan descaradamente ideológico, retrógrada y antidemocrático.
- No entiendo como el gremio de periodistas puede continuar aceptando el servir bajo una ley promulgada durante una de las dictaduras más corruptas, nocivas y vergonzosas que ha tenido el país.
- El Colegio de Periodistas, según mi punto de vista,es una entidad política, no una entidad gremial.Exhiben una ideología que yo no comparto en lo más mínimo y, por ello, no aceptaría formar parte de una institución que luego expondrá, también en mi nombre,ideas que no comparto y con las cuales no estoy de acuerdo.
- Me parece que con sus prácticas sindicales y lugares comunes ideológicos, los cuerpos de periodistas del país son corresponsables en gran medida de la mediocridad del periodismo ecuatoriano.
Usted me acusa de antiético simplemente porque no comparto sus ideas políticas y porque pienso diferente. De todas maneras, le dejo muy en claro que no conozco a Nicolás Landes, que no recibí ninguna remuneración a cambio de lo que escribí y que para escribir no tuve más razón que los principios y creencias que defendí en mi artículo.
Soy un simple joven mestizo de clase media, no la pluma mercenaria al servicio del gran capital que la gente como usted suele pensar que soy. No ahondaré más en eso porque sé que no compartimos los mismos valores ni los mismos códigos mínimos de decencia.
No le niego que es ligeramente decepcionante el que ahora los columnistas tengan que preocuparse no sólo de las balas que le vienen desde la sociedad corrupta sino también de las que les disparan por la espalda otros periodistas. De todas maneras, le puedo decir que está un paso más cerca de cumplir su sueño de que todo columnista tenga que elegir entre ser parte de su colegio o consultar el Código Penal y las obras completas de la Secretaría de Comunicación de la Presidencia antes de escribir.
Por último, le insto a ser, la próxima, un poco más valiente. Si va a amenazarme, tenga los suficientes pantalones para hacerlo explícitamente, no con amenazas veladas del tipo "estamos listos para poner en funcionamiento nuestros tribunales de honor" o imperativos baratos del corte "observemos todos los códigos de ética profesional". Esas tretas funcionen quizás en el círculo en el que usted se mueve, pero no conmigo.
Le pido de favor que la próxima vez que tenga este tipo de quejas improcedentes se dirija al Diario La Hora y no a mi correo personal. De esa manera no me obliga a estar perdiendo el tiempo ni a rebajarme a este nivel. Lastimosamente, algunos ecuatorianos sí tenemos que trabajar.
Muchas gracias por sus comentarios.
Saludos cordiales,
Daniel Márquez Soares
miércoles, 23 de mayo de 2007
domingo, 13 de mayo de 2007
ARTICULO DIARIO LA HORA DEMOCRACIA MIENTRAS CONVENGA MAYO 13, 2007
IR AL ARTICULO
Artículo del Sr. Daniel Márquez Soarez publicado en diario La Hora el día Domingo 13-May-07.
El Sr. Márquez es columnista del Diario La Hora y ganó el segundo premio Mantilla Ortega en el 2006, no conoce a Nicolás Landes, y no recibió ninguna remuneración a cambio de lo que escribió, no tuvo más razón que los principios y creencias que defendió en su artículo.
Democracia mientras convenga
Sarkozy es el nuevo presidente de Francia. Ganó limpiamente por mayoría en elecciones legales y legítimas. Sin embargo, algunos militantes de la izquierda francesa, supuestamente defensores a ultranza de la democracia y de los derechos del pueblo, reaccionaron atacando a policías y quemando carros.
Esto da cuenta de un fenómeno preocupante: la democracia y el estado de derecho son buenos mientras sirvan a nuestros intereses. Si no lo hacen, no hay nada de malo en mandar el sistema al carajo.
Lo mismo sucede aquí en Ecuador. Uno de los mejores ejemplos, en ese sentido, es lo sucedido con el ex banquero Nicolás Landes, quien continúa encerrado en el Ex Penal García Moreno por caerle mal a todo el mundo.
Investigaciones a fondo, como la llevada a cabo por el periodista Alberto Donadío (quien conversó con el autor de esta columna) o por el senador colombiano Gustavo Petro, han demostrado que la quiebra del Banco Popular fue orquestada por el gobierno colombiano de Andrés Pastrana.
Los fallos judiciales han determinado, una y otra vez, en diferentes países, que el Popular fue correctamente administrado. Sin embargo, Landes sigue preso.
El motivo de que el ex banquero continúe en la cárcel es, en sí, el mismo que el de su caída: no lamer las botas indicadas. Si Landes hubiese tenido conexiones con políticos o dueños de algún medio de comunicación jamás hubiese caído en desgracia.
Mientras, los ecuatorianos preferimos seguir pidiendo la cabeza de los banqueros corruptos. La crisis de 1999 fue tan dolorosa, y en el fondo nos sentimos tan bien teniendo un chivo expiatorio, que ni siquiera queremos contemplar la opción de que uno de ellos esté preso injustamente.
¿Cómo es posible que Colombia haya quebrado a un banco ecuatoriano para tapar un escándalo de corrupción y que nada haya sucedido? ¿Dónde están las protestas formales y los gritos de indignación? Ecuador tuvo que elegir entre enfrentar a un vecino más poderoso y lanzar a la mazmorra a un hombre inocente caído en desgracia.
Lastimosamente, eligió lo segundo. La democracia y la justicia requieren enfrentar ocasionalmente a adversarios más poderosos, y reconocer los derechos incluso de aquellas personas a las que odiamos y despreciamos.
danielmassoud@yahoo.es
Artículo del Sr. Daniel Márquez Soarez publicado en diario La Hora el día Domingo 13-May-07.
El Sr. Márquez es columnista del Diario La Hora y ganó el segundo premio Mantilla Ortega en el 2006, no conoce a Nicolás Landes, y no recibió ninguna remuneración a cambio de lo que escribió, no tuvo más razón que los principios y creencias que defendió en su artículo.
Democracia mientras convenga
Sarkozy es el nuevo presidente de Francia. Ganó limpiamente por mayoría en elecciones legales y legítimas. Sin embargo, algunos militantes de la izquierda francesa, supuestamente defensores a ultranza de la democracia y de los derechos del pueblo, reaccionaron atacando a policías y quemando carros.
Esto da cuenta de un fenómeno preocupante: la democracia y el estado de derecho son buenos mientras sirvan a nuestros intereses. Si no lo hacen, no hay nada de malo en mandar el sistema al carajo.
Lo mismo sucede aquí en Ecuador. Uno de los mejores ejemplos, en ese sentido, es lo sucedido con el ex banquero Nicolás Landes, quien continúa encerrado en el Ex Penal García Moreno por caerle mal a todo el mundo.
Investigaciones a fondo, como la llevada a cabo por el periodista Alberto Donadío (quien conversó con el autor de esta columna) o por el senador colombiano Gustavo Petro, han demostrado que la quiebra del Banco Popular fue orquestada por el gobierno colombiano de Andrés Pastrana.
Los fallos judiciales han determinado, una y otra vez, en diferentes países, que el Popular fue correctamente administrado. Sin embargo, Landes sigue preso.
El motivo de que el ex banquero continúe en la cárcel es, en sí, el mismo que el de su caída: no lamer las botas indicadas. Si Landes hubiese tenido conexiones con políticos o dueños de algún medio de comunicación jamás hubiese caído en desgracia.
Mientras, los ecuatorianos preferimos seguir pidiendo la cabeza de los banqueros corruptos. La crisis de 1999 fue tan dolorosa, y en el fondo nos sentimos tan bien teniendo un chivo expiatorio, que ni siquiera queremos contemplar la opción de que uno de ellos esté preso injustamente.
¿Cómo es posible que Colombia haya quebrado a un banco ecuatoriano para tapar un escándalo de corrupción y que nada haya sucedido? ¿Dónde están las protestas formales y los gritos de indignación? Ecuador tuvo que elegir entre enfrentar a un vecino más poderoso y lanzar a la mazmorra a un hombre inocente caído en desgracia.
Lastimosamente, eligió lo segundo. La democracia y la justicia requieren enfrentar ocasionalmente a adversarios más poderosos, y reconocer los derechos incluso de aquellas personas a las que odiamos y despreciamos.
danielmassoud@yahoo.es
jueves, 3 de mayo de 2007
Suscribirse a:
Entradas (Atom)